NOVENA DE
NAVIDAD
Del 16 al
23 de Diciembre del 2014
TEMA: LA SENCILLEZ
Día 6 - 21 de Diciembre
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita
caridad que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de
tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la
Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias
por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero
para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran
mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo
realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro...
2.- Oración para la familia
Señor haz de nuestro hogar un
sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no
haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos
alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono
porque Tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos
encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una
página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por
todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del
mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que
estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu
Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den
sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra,
intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de
María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de
padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean
siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan
cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los
hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo
de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro...
5.-Meditación del día
Sexto día
para valorar la SENCILLEZ.
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto de Magníficat.
“Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava” Lucas 1, 47 – 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrean la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto de Magníficat.
“Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava” Lucas 1, 47 – 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrean la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.
6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo
de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia
y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la
tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu
pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente
como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz.
Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí
estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre....
7.- Gozos
Oh sapiencia suma del Dios
soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para
enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Niño del pesebre nuestro Dios y
Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y
angustias siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Oh lumbre de oriente sol de
eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso,
dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Rey de las naciones Emmanuel
preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave
cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Ábrase los cielos y llueva de
lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado
luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Tú te hiciste Niño en una
familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el
gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Del débil auxilio, del doliente
amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño
adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Ven ante mis ojos de ti
enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te
tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Haz de nuestra patria una gran
familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos
esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío mi niño
adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Ven Salvador nuestro por quien
suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
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