Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva,  a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo. 1 Pe 1, 3-4
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario