viernes, 4 de diciembre de 2015

Aconseja a tus hijos, la prudencia y la reflexión; que ellas no se aparten de sus ojos. Pro, 3, 21



Ellas serán vida para tu alma y gracia para tu cuello. 
Entonces irás seguro por el camino y tu pie no tropezará. 
Si te acuestas, no temblarás, y una vez acostado, tu sueño será agradable. 
No temerás ningún sobresalto ni a los malvados que llegan como una tormenta. 
Porque el Señor será tu seguridad y preservará tu pie de la trampa. 

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