viernes, 4 de diciembre de 2015
¡Feliz el hombre que encontró la sabiduría y el que obtiene la inteligencia Prov. 3, 13
Porque ganarla vale más que la plata y ella rinde más que el oro fino!
Es más preciosa que las perlas y nada apetecible se le puede igualar.
En su mano derecha hay larga vida, y en su izquierda, riqueza y gloria.
Sus caminos son caminos deliciosos y todos sus senderos son apacibles.
Es un árbol de vida para los que se aferran a ella y los que la retienen son felices.
Por la sabiduría, el Señor fundó la tierra, por la inteligencia, afianzó los cielos;
por su ciencia brotaron los océanos y las nubes destilan el rocío.
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