Señor,
sé que eres infinito en bondad, misericordia y amor; sé que me creaste solo por
amor y para ser feliz; sé que me amas con un amor tan grande que me es
imposible ni siquiera imaginar; sé que diste tu vida por mí. Además, sé que
estás de continuo junto a mí, cuidándome, facilitando todo para mi bien, aun lo
que a mí me parece negativo...
Sé también que eres infinito en poder: para ti no existen cosas imposibles; sé que si me permites algo es para mi bien; sé que, aunque no lo comprenda, lo que me suceda lo has permitido por tu infinita misericordia: nada escapa a tu sabiduría...
Sé que eres infinita sabiduría; tú sabes más; tú sabes mejor
que yo lo que me conviene para encontrar la felicidad eterna en el Cielo, que es lo único que verdaderamente importa.
Es esa esperanza la que me hace vivir alegre, lleno de gozo: me tienes preparada una dicha sin fin; para eso me creaste.
Esa felicidad llenará absolutamente todos los anhelos de mi corazón: tu infinita belleza, tu infinita bondad y tu infinita sabiduría colmarán mi ser de todo lo que esperé siempre...
Además, todo lo espero de ti, confío total y exclusivamente en ti: confío en la inmensidad de tu bondad, poder y sabiduría.
Nada me hará temer: frente a los enemigos más poderosos, frente a los más grandes males, frente a los infortunios más graves, estaré seguro de ti, confiaré totalmente en ti.
Cuanto mayor sea el apremio, cuanto mayor sea el peligro, tanto más esperaré todo de ti; y si no viera tu mano providente, más y más confiaré en ti, me aferraré a la seguridad de que tu amor por mí es incalculable, ilimitado...
Señor, te amo con un amor diminuto junto al tuyo, pero con todo lo que puede amar esta criatura pequeña, pobre y pecadora.
Inflámame en tu amor para que me confunda contigo, que eres el Amor mismo: purifica mi miseria y quema todas mis impurezas con ese Amor ardiente, para que ya no tenga apegos por las criaturas y te ame exclusivamente a ti, el Creador: que no tenga apetitos desordenados por cosas, personas, ideas, ni por mí mismo... Así te amaré como tú mereces ser amado y viviré buscando únicamente tu Reino de Amor, de paz y de alegría, despreocupado de todo lo demás...
Señor, creo en ti, pero aumenta mi Fe.
Señor, lo espero todo de ti, pero aumenta mi Esperanza.
Señor, te amo, pero aumenta mi Caridad.
Sé también que eres infinito en poder: para ti no existen cosas imposibles; sé que si me permites algo es para mi bien; sé que, aunque no lo comprenda, lo que me suceda lo has permitido por tu infinita misericordia: nada escapa a tu sabiduría...
Sé que eres infinita sabiduría; tú sabes más; tú sabes mejor
que yo lo que me conviene para encontrar la felicidad eterna en el Cielo, que es lo único que verdaderamente importa.
Es esa esperanza la que me hace vivir alegre, lleno de gozo: me tienes preparada una dicha sin fin; para eso me creaste.
Esa felicidad llenará absolutamente todos los anhelos de mi corazón: tu infinita belleza, tu infinita bondad y tu infinita sabiduría colmarán mi ser de todo lo que esperé siempre...
Además, todo lo espero de ti, confío total y exclusivamente en ti: confío en la inmensidad de tu bondad, poder y sabiduría.
Nada me hará temer: frente a los enemigos más poderosos, frente a los más grandes males, frente a los infortunios más graves, estaré seguro de ti, confiaré totalmente en ti.
Cuanto mayor sea el apremio, cuanto mayor sea el peligro, tanto más esperaré todo de ti; y si no viera tu mano providente, más y más confiaré en ti, me aferraré a la seguridad de que tu amor por mí es incalculable, ilimitado...
Señor, te amo con un amor diminuto junto al tuyo, pero con todo lo que puede amar esta criatura pequeña, pobre y pecadora.
Inflámame en tu amor para que me confunda contigo, que eres el Amor mismo: purifica mi miseria y quema todas mis impurezas con ese Amor ardiente, para que ya no tenga apegos por las criaturas y te ame exclusivamente a ti, el Creador: que no tenga apetitos desordenados por cosas, personas, ideas, ni por mí mismo... Así te amaré como tú mereces ser amado y viviré buscando únicamente tu Reino de Amor, de paz y de alegría, despreocupado de todo lo demás...
Señor, creo en ti, pero aumenta mi Fe.
Señor, lo espero todo de ti, pero aumenta mi Esperanza.
Señor, te amo, pero aumenta mi Caridad.
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