Meses de intensos
bombardeos de las aviaciones siria y rusa -que han golpeado infinidad de
instalaciones civiles en los alrededores- obligaron a la dirección del centro a
trasladar actividades y habitaciones escaleras abajo, hacia el subsuelo del inmueble.
"Los niños se han adaptado muy bien al cambio pero hay riesgos continuos.
Hace unos días cayó un cohete junto al orfanato, a tan solo 50 metros de la
puerta. Fallecieron cuatro niños que estaban en la calle. Cuando sabemos que se
acercan los aviones, llevamos
a todos los menores bajo tierra", comenta El Halabi, que se ganaba los
cuartos como comerciante hasta que su país inauguró un lustro de luchas
fraticidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario