domingo, 10 de septiembre de 2017

El Amor del Señor y el amor al Señor descubren en nosotros unas posibilidades nuevas e insospechadas para nuestros amores humanos.


Sin la experiencia de ese Amor,  esas posibilidades quedan como encarceladas dentro de sí, como imagen de Dios por  semejanza, pero no por aproximación; como deseo truncado de Dios. 

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