martes, 31 de octubre de 2017

Para vivir en nuestros días hace falta mucho coraje. Hay tantos motivos de preocupación y tantas angustias, y aun después de todo, es también lindo vivir

Muchos arriesgan incluso la vida para defender sus ideas y su libertad, y no faltan ejemplos luminosos de heroísmo.

También el cristiano está obligado a arriesgar para permanecer tal. ¿No es acaso verdad que en algunas partes de la humanidad hay todavía opresión y persecución que obligan a quien quiere permanecer fiel a Cristo a vivir oculto, como en tiempos de persecución? Y a menudo, una vez descubierto, paga cara semejante fidelidad.
    También donde no se llega a esos extremos, hay siempre una persecución escondida: te boicotean, te obstaculizan de mil maneras, se mofan de ti, sólo porque quieres ser cristiano en serio.

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