lunes, 22 de octubre de 2018

«Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño»


Cada uno de nosotros puede recordar ocasiones en las que deseamos haber tenido una palabra certera de parte de Dios, algo a qué aferrarnos para cuando surgieran las dudas y el temor. Dios sabe cuándo necesitamos ánimo, guía y esperanza. Es por eso que nos ha dado promesas concretas en su Palabra, para que podamos entender su naturaleza y confiar en Él. En los momentos emocionalmente devastadores, las promesas de Dios son esenciales para nuestro bienestar espiritual.
La Palabra de Dios es, por consiguiente, una brújula, una guía y un libro de instrucciones para la vida. Así como usamos manuales de instrucciones en el trabajo o en la cocina, también debemos usar la Palabra de Dios como nuestra fuente de sabiduría y verdad. A nadie se le ocurriría hacer un pastel sin una receta, y ningún mecánico montaría un motor sin un manual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario