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¡Oh
  beatísima Trinidad!, os doy palabra de procurar con todo esfuerzo y empeño
  salvar mi alma, ya que la creasteis a vuestra imagen y semejanza y para el
  cielo. Y también por amor vuestro procuraré salvar las almas de mis prójimos. 
Para
  salvar mi alma y daros gloria y alabanza, sé que he de guardar la divina ley.
  Os doy palabra de guardarla como la niña de mis ojos, y también procuraré que
  los demás la guarden. 
Aquí,
  en la tierra, me ejercitaré en alabaros, y espero que después lo haré con más
  perfección en el cielo; y por esto, con frecuencia rezaré el Trisagio y el
  verso: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Y también procuraré que
  los demás os alaben.  Amén. 
V.  Bendigamos al Padre y al Hijo con el
  Espíritu Santo. R. Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos. 
Omnipotente
  y sempiterno Dios, que concediste a tus siervos el conocer la gloria de tu
  eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe y el adorar la Unidad en
  tu augusta Majestad; Te rogamos, Señor, que por la fuerza de esa misma fe nos
  veamos siempre libres de todas las adversidades. Por Cristo, Señor nuestro.  
Amén. | 
martes, 8 de abril de 2014
Beatísima Trinidad
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