viernes, 30 de marzo de 2018

«Ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios... formando un templo santo en el Señor, por el que también vosotros estáis integrados en el edificio, para ser mediante el Espíritu, morada de Dios» (Ef 2, 19-22).


No hay comentarios:

Publicar un comentario